La meditación como herramienta de sanación
A lo largo del tiempo, la meditación se ha utilizado para generar estabilidad mental, bienestar emocional y por consiguiente, salud en general.
Esta práctica viene del budismo, hinduismo y de otras culturas en donde se aprecia el cuerpo en su totalidad.
Aunque no muchos reconocen sus beneficios, es importante dar a conocer que la neurociencia ha demostrado de forma empírica sus grandes beneficios y cambios que se generan en la salud física y mental, al practicarlo diariamente. Incluso, estudios realizados han demostrado que la meditación tiene grandes impactos a nivel cerebral, mejorando la capacidad de aprendizaje, razonamiento, creatividad e incluso en la memoria.
A nivel físico, la práctica ayuda notablemente a reducir la frecuencia cardiaca, respiratoria y mejora el consumo de oxígeno, ayudando también a disminuir el estrés, pues ejerce un efecto que reduce la amígdala, órgano que se encarga de la sensación de ansiedad.
Posiblemente te estás preguntando cómo empezar y aunque ya existen muchas herramientas como aplicaciones, podcasts, sonidos, entre otros, aquí te recomendamos algunos pasos básicos para adentrarte en la meditación.
- Lo más importante para comenzar, es buscar un momento de tu día en donde puedas relajarte, sentirte cómodo y donde haya el menor ruido posible.
- Incluye alguna música relajante como sonidos de cuencos o de alta vibración, puedes encontrarlos en tu aplicación de música preferida. También, puedes encender una vela o si tienes cuarzos, colocarlos junto a ti.
- Siéntate en una postura cómoda sin tensar ninguna parte del cuerpo, cierra los ojos y respira profundamente, de forma consciente y manteniendo por unos segundos tus inhalaciones y exhalaciones.
- Mantén tu mente lo más alejada posible de los pensamientos, pero no te preocupes si estos llegan a presentarse, ya que el control es uno de los factores que se deben soltar durante la meditación.
- Siente tu cuerpo, trata de imaginar cómo la sangre pasa por tus venas, el aire por tus pulmones. Explora cada parte de tu cuerpo de manera libre y consciente.
- Sigue respirando y manteniendo tu atención en las inhalaciones y exhalaciones.
- Déjate llevar, suelta el control y disfruta el momento que tienes con tu cuerpo, trata de sanar heridas e integra cada parte de ti en ese momento sagrado.
- Agradécele a tu cuerpo por todo lo que hace por ti y abrázalo.
Recuerda que cada cuerpo y mente es diferente, por lo que es normal que en tu primera meditación te sientas ansioso por el tiempo o tus pendientes no te dejen estar en el momento presente, no te presiones, lo importante es que seas constante y veras que dentro de un corto tiempo, disfrutaras y reconocerás la importancia de darle espacio a tu cuerpo y a tu mente.
La meditación es una herramienta que tiene gran impacto en nuestro día a día, trata de incluirla en tu rutina diaria y acompáñala con otras prácticas como las afirmaciones para experimentar nuevas sensaciones y cambios en tu vida.